POR: JUAN C. BENZAN
Ratifico el ingente honor de haber sido invitado por mi amada prima Jacqueline Benzan Valenzuela---la majestuosa beldad y prodigiosa poetisa o poeta sanjuanera que poetiza con el alma y el corazón la ternura de sus versos exquisitos---, para participar en el fructífero maratón poético #PeetMeNotLeave, el cual me permite publicar dentro de un lapso de ocho (8) días poemas de mi autoría (uno cada día) junto con la(s) fotografía(s). Los poemas podrán ser seleccionados, traducidos y publicados en el almanaque ruso.
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Extiendo la presente invitación al excelso poeta sanjuanero Rafael Emigdio Caamaño, orgullo de las letras sanjuaneras y de la República Dominicana.
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He aquí la entrega correspondiente al séptimo día de mi participación en el fructífero " Maratón poético" aludido.
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i
No importa ninfa de mi alma si mientes
cuando entregas tus besos compartidos;
si me iza el fuego de tus labios ardientes,
y la solemnidad de tus místicos gemidos.
ii
Si me alimentan las mieles de tu pecho
y me trasportas a las calles de tu alma;
qué importa si en la llama de tu lecho,
convulsiona el lívido rocío de mi cama.
iii
Víveme, y olvídame después si es preciso,
ahora que viajo en el vaivén de tu regazo;
llévame al cosmos donde habita el paraíso,
y cautívame sobre las vigas de tu recalzo.
iv
Hagamos de esta entrega memorable
un océano de amor, de pasión y locura;
no importa si la noche se hace tarde,
o si muero sobre el estro de tu ternura.
v
Nada importa lo que piense la gente,
ni el dictamen de la sociedad perversa;
si el rocío de tu espasmo que no miente,
preña de apetito mi virilidad indefensa.
vi
Poséeme ahora mi grácil alondra misionera,
y hagamos eterna esta entrega memorable;
pues mañana puede ser tarde y en la espera,
puede ser que nos azote la parca inexorable.
vii
Tómame ahora que soy tuyo y eres mía;
ahora que me crucificas en tus brazos
y gimes majestuosa de pasión y cofradía,
extirpando sobre tus ganas mis ocasos.
viii
No importa mi ninfa mágica si mientes,
cuando entregas tus besos compartidos,
si me iza el fuego de tus labios ardientes,
en la sonoridad de tus místicos gemidos.
ix
Víveme, y olvídame después si es preciso,
ahora que degusto la melaza de tu regazo;
no pienses sobre la certeza de lo indeciso,
y eternízame en el paraíso de tu recalzo.
x
No importa mi deidad si es que mientes,
cuando entregas tus besos compartidos,
si me iza el fuego de tus labios ardientes,
en la intensidad de tus místicos gemidos.
Xi
Poséeme ahora mi tierna Venus misionera,
y hagamos eterna esta entrega memorable;
pues mañana puede ser tarde y en la espera,
puede ser que nos azote la parca inexorable.
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